20100728

Estas discusiones filosóficas
Que muchachos tan joviales

La única desventaja del alcohol, es la degeneración en una plática sobre valores. Pero no los valores clásicos, de la familia, la sociedad y esas otras cosas. Solo los valores sobre la existencia propia. Conforme se pasa el vaso o la copa. Al final dos personas terminan soñando con su propio universo. Y lamentablemente, con su propia inexistencia. Borges, tenemos que luchar porque Borges tenga razón. En una línea de tiempo infinita, a todos los hombres nos pasan todas las cosas. Al final somos todo y nada. Así como Jack nos informa que la tasa de supervivencia tiende a cero.
Esto debería ser algo que nos remueva el estomago y carcoma nuestra existencia. La pregunta fundamental seria ¿Lo es? Ni siquiera preguntarlo tiene sentido. Pues la respuesta es la misma pregunta. De ahí que tratemos de escapar y nos mintamos a nosotros mismos. A los demás… los demás que importan ¡No importan! La mentira nos hace estar en sociedad. Pero ¿Mentir nos hace estar con nosotros mismos?
Nos conocemos lo suficiente como para odiarnos como personas. Tanto que tenemos que inventarnos excusas para interactuar, primero con nosotros; después con los demás. De ahí los problemas presentes en las relaciones sociales. La verdad debe ser tan cruda y lasciva que para que alguien la enfrente tiene que mentir sobre ello. Creo que es ahora cuando esos filósofos orientales deben estar felices y a la vez aterrados. Pues es ahora que, para suerte y desgracia, tenemos lo que siempre quisimos tener. Tendremos que preguntarle a Buda que es concebir la paradoja de tu propia perdición.
Marcar o decir algo, que creamos imposible es tan absurdo como mentirle a tu propia razón, para que considere los factores que no existen. Para que vea lo que no hay. Para que crea que si se distrae con otra cosa, al final el problema desaparece junto con lo que lo desato. Una vez más vuelvo a Borges. En una línea muy larga de tiempo todo pasa. Si para Platón, pensar una cosa era hacerla existir en algún lugar. Decirla seria entonces hacerla realidad. Nuestro mayor temor es que esa realidad nos alcance. De ahí que nos creemos imposibles, soñamos a ser nosotros mismos.
La exasperación de la que hablo Deleuze, nos alcanza cuando tratamos de saber, que todo existe junto con su inexistencia. Somos un punto eterno, solo estamos ahí, viendo hacia los lados. Y los lados ya están marcados.
Lo interesante seria saber, si aceptamos vivir en la realidad cruda, tal cual es. O preferimos hartarnos en nuestra propia hiperrealidad que creado para nosotros.
Al final, el alcohol se acaba. La desesperación del pensamiento se va. Nuestras conclusiones son tan vanas como la existencia. El sentido no existe. Solo nos queda una vaga perspectiva del pensamiento colectivo. Que al parecer, junto con Borges, también es cíclico.